El Club Bilderberg y las
nuevas tecnologías: la implantación de microchips.
Antes de comenzar la nueva entrada del blog, me
gustaría aclarar que prácticamente toda la información de la que se compone ha
sido conseguida, a lo largo de años y con un tremendo esfuerzo que le ha podido
llevar a peligrar su vida, por Daniel Estulin, periodista y experto en el
entramado del Club Bilderberg. Simplemente me he limitado a recopilar datos de
su libro “La verdadera historia del Club Bilderberg” y adaptarlos, de la manera
en la que me ha sido posible, al campo en el que se orienta nuestro blog: las
nuevas tecnologías. Más especialmente, este es un estudio de los capítulos del
libro de Daniel Estulin dedicados a los microchips.
“Delegado británico:
Los políticos griegos son una clase notoriamente corrupta.
Delegado americano:
Seguro que están dispuestos a aumentar la tensión bélica con Turquía para que
la gente de su país no se dije en su desastrosa gestión de la economía y en su
ineptitud general.”
Conversación
mantenida en 2004, debatiendo la admisión de Turquía en la UE.
Reunión
del Club Bilderberg.
Creo conveniente aclarar un par de conceptos básicos
sobre el “Club Bilderberg” antes de abordar, sin más, la tecnología de los
microchips y su implantación en los seres humanos.
En primer lugar: el Club Bilderberg es una
conferencia anual (cada año va variando el lugar de reunión) de la cúpula
económica, política y social más importante del mundo que surgió en 1954. Solo
se puede asistir a sus reuniones mediante una invitación (hay miembros fijos,
como la Reina Sofía, y otros esporádicos, como el presidente del país en el que
el Club se reúne cada año).
Podemos considerar el Club Bilderberg como la
organización que controla nuestro presente y nuestro futuro, la élite mundial
que decide nuestras vidas.
Cabe destacar una reflexión de Daniel Estulin en la
que hace referencia al secretismo que envuelve al Club Bilderberg: mientras que
en reuniones como el G8 hay miles de asientos reservados a periodistas, en las del
Club está totalmente vetada la presencia de estos comunicadores. Es un hecho
desde luego llamativo, pues si no tienen nada que ocultar, ¿qué les lleva a
prohibir la entrada de los medios de comunicación?
Por último, antes de centrarnos en el tema de los
microchips, enumeraremos algunos de los objetivos del Club Bilderberg que Daniel
Estulin hace públicos en su libro:
- Un solo gobierno
planetario con un único mercado globalizado, con un solo ejército y una única
moneda regulada por un Banco Mundial.
- Una Iglesia universal
que canalizará a la gente hacia los deseos del Nuevo Orden Mundial. El resto de
religiones serán destruidas.
- La muerte de cuatro mil
millones de personas […] por medio de las guerras, el hambre y las enfermedades
[…].
- Crisis artificiales
para mantener a la gente en un perpetuo estado de desequilibrio físico, mental
y emocional […].
- Un férreo control sobre
la educación con el propósito de destruirla […].
Sin entrar o no en el debate de si todas estás abrumadoras
afirmaciones son ciertas o no, centrémonos en lo que en esta entrada nos
concierne: los microchips y su implantación en la sociedad.
Como antecedente, Daniel Estulin parte de la idea de
que el Club Bilderberg trama en las sombras la creación de un mundo sin dinero,
sin tarjetas de crédito o débito con las que poder controlar a la población,
los movimientos que hace. Así pues, se hace necesario encontrar otra manera de
controlar a las personas: la implantación de microchips.
“[…] el mundo se verá obligado a utilizar un nuevo
sistema de identificación internacional informatizado que permitirá un acceso a
los datos personalizados como detalles bancarios, clasificación crediticia o
situación laboral. Todas las personas dispondrán de nuevas tarjetas de
identificación personal para que el nuevo sistema funcione […]”.
Dejando de lado lo que pueda haber de ficción o no
en estas líneas, si se consolidará como realidad o no en un futuro cercano o
lejano, o si ya es un hecho que, de alguna manera, estamos controlados de una
forma más sofisticada que nuestras tarjetas bancarias, bien es cierto que la
implantación de microchips es un hecho de bastante tiempo atrás.
Sin ir más lejos, nos situamos aquí en España, en el
año 1963, información que encontramos en otro libro, “El Sótano”, de David
Zurdo y Ángel Gutiérrez; novela negra que en sus primeras páginas nos advierte:
“La tecnología que se menciona en este libro es real. Las noticias que se
recogen dentro del texto son auténticas. Eso es lo que debería darnos miedo”.
Dicho lo cual: en el verano de 1963 un profesor,
Rodríguez Delgado, consiguió implantarle a un toro bravo un microchip. Se puso
delante del imponente animal, que corrió, como es su naturaleza, hacia él para
envestirle. Cuando faltaban pocos metros para que el toro llegase con sus
fuertes cuernos al profesor Rodríguez Delgado, este pulsó un botón de un mando
que estaba accionado con el microchip del animal. El toro, aturdido, se paró en
seco a escasos centímetros del profesor y miró a todos lados, completamente
descolocado.
Este ejemplo verídico (la noticia fue portada
incluso en The New York Times) y toda
la información recogida del libro de Daniel Estulin, nos llevan a imaginar a un
mundo totalmente controlado por un grupo de poderosos, una élite que nos tendrá
controlados como marionetas; más que ahora, si cabe.
Vídeos de interés:
- Entrevista de Walter
Martínez a Daniel Estulin: http://www.youtube.com/watch?v=iBkQwRc58oU&feature=share
María José Cardenete Cuenca